sábado, 20 de septiembre de 2008

El bulto

Salieron del bar, mareados, totalmente mareados.

-Taxi o tren?

-Tren.

Ventanilla rota hacía correr el viento rápido por sus rostros y el mareo se pasaba de a ratos. Cinco estaciones, la escalera, el túnel, la avenida, todo en zigzag. El intentaba pescar su brazo y el cuerpo de ella se le escabullía entero. Ella no se daba cuenta de nada y el seguía intentando. Cuando llegaron a la casa y abrieron la puerta con dificultades ella enseguida se quitó el abrigo, puso música y se quedo en silencio. El hablaba, mucho, de muchas cosas a la vez y volvía una y otra vez a los temas inconclusos. Nunca hablaban de ellos y eso ya empezaba a estorbarles. Se convertía, con el tiempo, en bulto que pateaban a los costados de la habitación que los reuniera. No sabían bien que hacer con el, no sabían bien que hacer con ellos. El se sentó en la silla de siempre y ella volvió del baño esplendida. La musiquita la acompañaba, se recogió la pollera y se sentó en las piernas de él. Lo besó, la besó, se besaron. Hicieron de eso lo mejor que sabían.

El bulto, pisoteado, en el rincón izquierdo se rió de ellos.

1 comentario:

  1. ja!.

    Me gustó mucho el ritmo...mis ojos corren apurados buscando llegar al final. Y ahí los dejas sonriendo, picaros.

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