esas pocas palabras.
Traía mil veces el recuerdo que se estaba desvaneciendo.
El recuerdo nuevo, las primeras horas recuerda la sensación, la calidez del momento, de la piel, de los cuerpos y a medida que pasa el tiempo se va transformando en foto, estática, rígida, es como un recuerdo sin recuerdo. Ella hoy pasaba por eso, por más fuerza que hiciera, ya no podía sentir. Apretaba los ojos acudiendo a la memoria de su piel para sentir, recordar, la áspera sensación de su caricia y no llegaba.
Enojada, limpiaba los mocos de su nariz y arrojaba un pañuelo más al río de su piso.
Imposible detener el paso del tiempo
qué necesidad!!!!
ResponderEliminarOjalá pronto no tenga que arrojar un sólo pañuelo más. Será una forma de detener el paso de un tiempo para darle lugar a otro; ese tiempo en el que al enojo no se le permita alimentar las aguas del río de su piso. Seguro que podrá navegar sobre él.
ResponderEliminarvaya preparando la maya... nadaremos juntas
ResponderEliminarDisfrutaré de la compañía. Gracias por la invitación. Estoy lista.
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