martes, 19 de mayo de 2009

Mirándose


La soledad que se amiga con la compañía, el deseo que intenta consolidarse en las muecas y no es fácil darse cuenta que uno no está solo, ya.
Pensaba, mientras tomaba el mate cocido, que de repente se había encontrado. Sí, él mismo, se había encontrado.
Cuando en el bar, ese que siempre iban, se detuvo a mirarla, pensó que podía ser como quiso ser en esta nueva situación. El venia de irreconcilliables formas de ser y hoy creía que se podía ser uno. Sí, uno más. No tenia nada de malo mirarla, mirarla mucho hasta que se inquiete y le vuelva a preguntar - qué?- El, con su mueca sostenida de sonrisa, que tiene que salir en algún momento, no le diría nada. Ella sentiría la alegría de ser.
Siendo eso, que habían sido en fantasía, pasan las noches. Algo que no siempre les había ocurrido hoy les sucedía.

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