No quiere más fantasmas
ni monstruos
ni príncipes.
No quiere salvadores
ni ganadores
ni héroes.
No quiere víctimas
ni victimarios
ni asesinos.
Quiere esos brazos,
en la cintura
con fuerza.
Dar vuelta la cara
y encontrar su sonrisa
Y ese beso
que traspasa la piel
y esa palabra
entre paciente y ansiosa
que le quita el miedo.
Nada más y nada menos
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