jueves, 23 de abril de 2009

Armando.

Armando no entendía bien por que hoy estaba armando, otra vez, la valija. Cerró con candado la puerta de la casa, intentando que dentro de ella quedaran todas las imagenes de lo que había sido.
Hoy era distinto, sin saber bien por qué y no por ser más sencillo sino por diferente. Había recuperado la capacidad de hablar y había recuperado la capacidad de poder partir hacia donde quisiera. Esa era una opción hoy. Antes no.
Y caminó por las calles que ya había caminado y se sentó en sillas que ya antes lo habían alojado.
Armando estaba contento, volviendo a mirar lo que antes se había nublado. Esta contento sintiendo... sí, sintiendo, la alegría de tener una historia y empezar a armar una nueva.
Armando, arma andando y caminando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario