jueves, 16 de abril de 2009

El mundo.

Sin embargo, no ocurren siempre las mismas cosas. Te pensás incansablemente en una sucesión de actos donde encontrás, distintos y especiales, modos de satisfacción.
Pero no ocurren siempre las mismas cosas... Y la variante te cierra el estomago, te acuesta y levanta a la vez en un rápido golpe seco.
La realidad es la variante, en la sucesión de actos imaginarios. La imaginación, la fantasía se tornan tan reales, tan palpables. Cuántas veces cruzás la calle hablando, conversando con lo imaginado y te sorprende la bocina de un auto. ¡Eso no puede ser real!
Y qué es lo real, cuando lo imaginado se vuelve tan palpable? Cuando lo imaginado se vuelve un espacio de tanto placer es difícil escuchar la bocina. Uno lo maneja todo desde lo imaginado, los sucesos, los diálogos, los encuentros, los personajes. Es fantástico.
A la vez es un espacio de soledad irreversible. Cuando la realidad se vuelve imaginación la soledad se acentúa. Se hace difícil conversar con lo real. Lo real no depende de mi sigue siendo a pesar de mi. Sigue rodando.
Allí están los sucesos, los problemas, las alegrías, los hombres, las mujeres...
Y donde estoy yo?

No hay comentarios: