martes, 23 de diciembre de 2008

Veremos.

Dejo mis anteojos, para ver más.
Ver que se puede ver sin ellos.
Ver como me veo.
Intentaré no sorprenderme frente a los espejos
y reconocer mi rostro en su ausencia.
Veo mas brilloso ahora,
con una nitidez que no había logrado nunca
Ahí estarán, ellos, esperando que la fiaca,
fiel compañera, los haga protagonistas otra vez.
De mientras,
miro las luces de Rivadavia
como por primera vez.
China, mas china que nunca.

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