sábado, 27 de septiembre de 2008

Esas que soy

Las dos soy yo.
Esa y la otra, estan aqui.
Siempre es mas facil externarlas, darles hospedaje en los otros.
Como vamos a convivir las tres juntas?
Cómo vamos a resolver los pleitos por venir?
Cómo vamos a festejar los cumpleaños?
Las imagenes, las fantasias, las palabras... cuales prevaleceran?
Las tres acá,
gracias a cada una,
gracias a todas.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Antibiotico

se me pasaron las horas recorriéndote
se me pasó la tristeza
se me pasó el hambre

se queda conmigo la gula, compañera de silencios
y ahora desenfrenadas, vuelven a rodar,
esas horas,
tenaces horas.

sábado, 20 de septiembre de 2008

El bulto

Salieron del bar, mareados, totalmente mareados.

-Taxi o tren?

-Tren.

Ventanilla rota hacía correr el viento rápido por sus rostros y el mareo se pasaba de a ratos. Cinco estaciones, la escalera, el túnel, la avenida, todo en zigzag. El intentaba pescar su brazo y el cuerpo de ella se le escabullía entero. Ella no se daba cuenta de nada y el seguía intentando. Cuando llegaron a la casa y abrieron la puerta con dificultades ella enseguida se quitó el abrigo, puso música y se quedo en silencio. El hablaba, mucho, de muchas cosas a la vez y volvía una y otra vez a los temas inconclusos. Nunca hablaban de ellos y eso ya empezaba a estorbarles. Se convertía, con el tiempo, en bulto que pateaban a los costados de la habitación que los reuniera. No sabían bien que hacer con el, no sabían bien que hacer con ellos. El se sentó en la silla de siempre y ella volvió del baño esplendida. La musiquita la acompañaba, se recogió la pollera y se sentó en las piernas de él. Lo besó, la besó, se besaron. Hicieron de eso lo mejor que sabían.

El bulto, pisoteado, en el rincón izquierdo se rió de ellos.

viernes, 19 de septiembre de 2008

voltereta


Morder, hasta marcar, intenso y morado

Lamer hasta que no quede nada

Vestidos, desvestidos, vueltos a vestir

En un sin fin de roces, de susurros.

Sin gritos y con gritos

Jugar a que no hay nada más

Sabiendo siempre que hay demasiado.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Sin piel

Tanto palabrerío.
Parecía que ahora no había nada mas por decir, pero si eso era así, dejaban de existir. Su ser era eso... solo palabras.
Tratando de imitar al viento, reconoció su oído en el horizonte y le susurró: es hora de que me toques la piel.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Amplificador.

No hay forma alguna de encontrar lo que a él le simplifique los pensamientos. Horas se pasa escuchándola y todo queda grabado a fuego. Después vienen esos mismos pensamientos que se tejen uno con otro, se enlazan y empiezan a armar historietas con la misma protagonista, siempre.
El no podía despegar.
La bufanda de pensamientos sobre su cuello calentaba la yugular y hacia hervir la sangre, por que ese tejido abría la puerta a otras sensaciones y estas, a su vez, cocinaban nuevos pensamientos.
El no podía parar.
Su amor había acabado hace ya rato, pero como padecía la voz de ella día tras día, el olvido se le hacia más que difícil.
El ultimo día que se vieron, ella le pidió cuatro cosas que el escucho en silencio. Ella lo miró y le dijo: lo necesito para ahora. El la miro con desgano, ese mismo que se siente cuando ya la batalla esta ganada, cuando es irreversible el final. Se puso su saco marrón, escoses, arreglo su maletín y le escupió en la cara: Yo ahora mismo necesito otra cosa.
Salió, amplificado por la puerta.

jueves, 11 de septiembre de 2008

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Ella

Tiene un pena.
Ni larga ni corta.
Lo que sabe es que es persistente.
Entre cercos y lejanías,
se envuelve en un llanto
que le lleva la tarde.
Y entrada la noche cierra la ventana,
la misma que durante el día espera abierta,
luce su bata ante las paredes
y sumergida en el colchón atrapa el primer sueño.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Julia


Y es verdad, te vuelan la cabeza. Desde el mismísimo momento que les ves los ojos toman posesión de tu pecho y día tras día los hacen estallar. Son estallidos que nunca alcanzan, es un amor al que no le alcanza el cuerpo.

Y quiere ser como yo y yo quiero ser como ella, esa sonrisa pintada, esa mirada.

Con ella vuelvo todos los días y bailamos largos ratos, dando vueltas, inventado canciones, tentadas de risa y siempre me pide más y jamás puedo negarme.

La mano, la piel, el aliento, el despertar. Julia hace que hace fuerza para subir los escalones de la puerta de entrada, hace mucha fuerza y en su actuación lo logra. Que siempre suba, que siempre lo logre, que siempre pueda yo estar ahí, alentándola.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Lo efímero.




Me dejó la música.
Tomé el colectivo para recorrer mejor el tiempo que me sobraba. Gusto de viajar largo. Me quedó la maña de cuando vivía en Matanza y recorría a diario el largo camino al microcentro porteño. Casi nunca leo, siempre miro, observo, imagino. Es un placer que no me niego.
El frío me heló las manos y no pude despegar de pensar en lo efímero de las cosas. Cada vez más efímeras pero siempre dejando rastro en la piel. Como el sueño, tres segundos antes de despertar, solo tres segundos.







* Ramona vive su vida. Antonio Berni

Mentirosa

Te mentí siempre.
Los sí, siempre fueron no,
y así
y al revés.


Perdón, recién hoy lo comprendo.
Caprichosa me volví.
Coqueta y enredada,
víctima y victimario.

Lo hice por mi fantasía.
Sí, caprichosa fantasía de que estés.
Hermosa fantasía de compartir,
de convertirte en Superman,
de sacarnos la soledad.

Recién lo comprendo,
la rara,
la extraña,
la enroscada,
fui yo.
Mentirosa y sin piedad.

martes, 2 de septiembre de 2008

esas horas

Hoy sentía que estaba al revés.
En esas noches en la que se miraban, ella se sentía en su lugar. Era el lugar mas extraño que había encontrado pero era suyo, lo había encontrado ella. Esas horas, desparramadas, se pasaban venciendo la fuerza de los párpados y recorriendo con la lengua la comisura de los labios.
Esas eran sus primeras horas, horas elegidas, mañosamente, pacientemente a pesar del paso del tiempo.
Y la luz que indicaba un nuevo día, también indicaba una nueva guerra. Mirarse, sí, solo mirarse. Como siempre lo habían hecho. En silencio y con sus manos bailando
Así se habían conocido y así se despidieron. Mirándose.
Creo que te dejo en buenas manos- le dijo,
pero también le había dicho que ya no creía en nada.